miércoles, 3 de diciembre de 2014

Temor de madre

Me parece que esta será la última entrada de este blog, que se acaba cuando acababa de empezar. O tal vez lo reconvierta o redirija hacia esta nueva etapa, no lo sé.

Esta mañana me he pasado media hora en la cama, muerta de ganas de ir al baño pero sin atreverme a levantarme, porque no sabía si hacerme un test de embarazo o no. La regla tenía que haberme venido el domingo y entonces habría empezado a tomar anticonceptivos en preparación para una FIV. El retraso ya era considerable, pero en la clínica de fertilidad nos habían dicho que era muy difícil que nos quedáramos embarazados sin ayuda, así que no quería hacerme ilusiones. Al final pensé que si dejaba pasar más días la desilusión sería mayor y que era mejor llevarme el chasco ahora y no dentro de una semana, y además que iba a reventar si no iba pronto al baño.

Y, ¡sorpresa! ¡Prueba positiva! Me puse tan nerviosa que cuando se la enseñé al Futuro Padre me temblaban las manos. No me atrevía a creérmelo, así que en cuanto llegué al trabajo pedí cita con el médico de cabecera para esta tarde. Allí me repitieron la prueba y confirmaron el positivo, y me dieron cita para Obstetricia.

Yo creía que al conseguir por fin el embarazo, tras un año de intentos y nervios y decepciones, me tranquilizaría. ¡Pero qué va! Ahora estoy mil veces más nerviosa, pensando si lo haré bien, si lo habré fastidiado por ir al dentista hace una semana, si serán buenos los colegios del barrio... ¡Como una perturbada! Ahora me acuerdo de lo que siempre me decía mi madre cuando la acusaba de sobreprotectora: que cuando tienes hijos ya no vuelves a dormir tranquila nunca más, porque la preocupación es tu estado natural.

Estas últimas semanas, leyendo tantos blogs de otras mujeres que están intentando tener hijos, algunas pasándolo fatal, he visto que a algunas no les hace gracia enterarse de los positivos de otra gente, pero a mí me animaba mucho ver que era posible y que la gente lo consigue, a veces con muchísimo esfuerzo y otras de casualidad como yo. Espero que no les moleste mi gran alegría de hoy, porque yo les deseo la suya propia, cuanto antes. ¡Un abrazo para todas!

lunes, 1 de diciembre de 2014

Echando cuentas

Desde que en la clínica de fertilidad nos explicaron los pasos para la FIV he estado haciendo cuentas. La regla me tocaba el 30, luego van entre 7 y 10 días de anticonceptivos, más otros 10 días de hormonas, nos pondríamos en el 17 como pronto, pero seguramente en el 20. Luego la extracción de óvulos, y 2 ó 3 días más tarde la implantación, con lo que estaríamos en el 23 ó 24 de diciembre.

Este año el plan es pasar la Navidad con mi familia, lo que implica viajar, y pensábamos salir el 20. Que prefiero con mucho hacer la FIV, aunque caiga el mismísimo día de Navidad y mi madre se lleve un disgusto, pero es que la cosa se complica, porque el viernes me han dicho que tendré que hacer un viaje de trabajo la semana del 15 de diciembre, lo que coincidiría en  medio de la administración de las hormonas. Por lo que he leído en otros blogs, es una medicación que hay que pincharse, que estoy dispuesta a hacerlo en mi casa, de viaje o colgada de un pino, pero como haya que guardarlo en la nevera ya estoy frita.

Y tenemos una complicación nueva, porque ayer, día 30, no me vino la regla, y hoy por el momento tampoco, lo que ha trastocado todas mis cuentas. En todo un año que llevamos intentando tener familia no he tenido ni un triste retraso, y justo ahora que no me conviene, zas, se hace la remolona. Y me da la impresión de que tengo todos los síntomas, así que no quiero hacerme ilusiones de que me haya quedado embarazada.

Así que aquí sigo, calculando y recalculando con el calendario en la mano y yendo al baño cada 10 minutos.