¿A quién se le cuenta que se va a someter una a un tratamiento de fertilidad?
Cuando empezamos a intentar tener familia no se lo dije a nadie. No quería que me estuviesen preguntando todos los meses si lo habíamos conseguido, y además me preocupaba pensar que muchos embarazos se pierden en el primer trimestre. Me parecía que cuanta menos gente lo supiera, menos explicaciones dolorosas tendría que dar, y en cambio las buenas noticias serían bien recibidas en cualquier momento.
Pero ahora se trata de ponernos en tratamiento, y tampoco quería ocultarlo como si estuviéramos haciendo algo malo, al menos a la familia.Yo por ahora sólo se lo he contado a mis padres y a mi hermana, pero viven lejos y solo hablamos por teléfono. He animado a mi pareja a que se lo cuente a su familia, pero dice que si quiero que se lo cuente yo. A mí me parece que lo lógico sería que saliera de él, así que tampoco he dicho nada, y es una pena porque mi cuñada es una chica encantadora y estoy segura de que se alegraría de tener sobrinos.
La verdad es que echo en falta tener con quien hablar del tema, porque ahora mismo es lo único que tengo en la cabeza de la mañana a la noche. Tampoco quiero contárselo a ninguna amiga, porque el problema de infertilidad en nuestro caso, al menos por lo que han visto hasta ahora, lo tiene mi pareja. Tal vez debería omitir los detalles, después de todo, el problema es que, los dos juntos, no hemos sido capaces de hacer un bebé, yo lo veo como algo conjunto.
Me sirven de mucho todos los blogs que estoy encontrando de otras mujeres que están pasando por lo mismo. Estoy aprendiendo muchas cosas, y me da muchos ánimos cuando leo que alguna por fin lo ha conseguido.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
martes, 25 de noviembre de 2014
Aprendiendo la jerga
Estos días he estado leyendo distintos blogs sobre infertilidad y aprendiendo el vocabulario utilizado en todas estas técnicas, y me he dado cuenta de que soy una paleta y no tengo ni idea.
Por ejemplo, lo que yo toda la vida he creído que se llamaba una prueba de embarazo, las enteradas la llaman "una beta", y el tiempo que transcurre entre la inseminación o implantación de embriones es "la betaespera". Por no hablar de blastocitos, ovarios poliquísticos, endometriosis y muchas más cosas de las que no había oído hablar en mi vida. ¡No tenía ni idea de que hubiese un ranking de ovocitos!
También he visto lo mal que se pasa cuando la cosa no funciona, los muchos intentos fallidos y las decepciones acumuladas. Pero no me voy a desanimar todavía, no tiene sentido sufrir por algo que aún no ha pasado. Ya veremos dentro de un mes si sigo pensando lo mismo...
De todas formas, he pasado un buen rato leyendo esos blogs, y algunos pienso seguirlos a partir de ahora. No tengo mucha gente con quien hablar de esto, ya que solo se lo hemos contado a mi familia más directa, y todos viven lejos.
Por ejemplo, lo que yo toda la vida he creído que se llamaba una prueba de embarazo, las enteradas la llaman "una beta", y el tiempo que transcurre entre la inseminación o implantación de embriones es "la betaespera". Por no hablar de blastocitos, ovarios poliquísticos, endometriosis y muchas más cosas de las que no había oído hablar en mi vida. ¡No tenía ni idea de que hubiese un ranking de ovocitos!
De todas formas, he pasado un buen rato leyendo esos blogs, y algunos pienso seguirlos a partir de ahora. No tengo mucha gente con quien hablar de esto, ya que solo se lo hemos contado a mi familia más directa, y todos viven lejos.
lunes, 24 de noviembre de 2014
Malos hábitos
El Futuro Padre se niega a dejar de fumar. Ha decidido reducir la cantidad, con lo cual tiene el mono todo el tiempo y está de un humor de perros. Y yo también, porque me parece que es un pequeño sacrificio que debería hacer gustoso con tal de facilitar todo este proceso, y si yo estoy dispuesta a hormonarme a lo bestia, él podría hacer este esfuerzo.
Por otra parte, yo tampoco he dejado de beber Coca-Cola, que no debe de ser lo más sano del mundo, aunque ningún médico me ha dicho nada al respecto. Pero eso era hasta ahora. Desde ya mismo voy a reducir mi consumo de azúcar, que es mi principal vicio, para mejorar nuestras probabilidades.
Aun así, yo sigo contenta, pensando que dentro de 6 días empezaremos con el proceso de la FIV.
Por otra parte, yo tampoco he dejado de beber Coca-Cola, que no debe de ser lo más sano del mundo, aunque ningún médico me ha dicho nada al respecto. Pero eso era hasta ahora. Desde ya mismo voy a reducir mi consumo de azúcar, que es mi principal vicio, para mejorar nuestras probabilidades.
viernes, 21 de noviembre de 2014
Empieza el proceso
Ayer mi pareja y yo fuimos a la clínica de fertilidad que hemos elegido para que nos fabriquen un bebé, armados con los análisis que nos habían pedido y esperando a que nos dijeran qué tenemos estropeado.
Yo iba bastante nerviosa, pensando que me iban a decir que tengo un útero árido e inhóspito o unos ovarios viejunos y cansados, pero fue todo lo contrario. Me dijeron que no aparentaba en absoluto mi edad (41 años), y que mis hormonas mostraban niveles de alguien mucho más joven.
Así que el palo fue para el Futuro Padre. Ya dejaron entrever por donde iban a ir los tiros al principio de la visita, cuando al revisar su historial dijo que fumaba un paquete al día y respondieron que "ya se notaba en el seminograma". Pero luego la doctora ya fue a por la yugular. Le dijo, con la delicadeza de un toro que embiste, que sus espermatozoides eran "pocos, lentos y anormales". Y que claro, así era imposible que nos quedáramos embarazados.
Por suerte, el Futuro Padre se lo tomó con humor, y al salir me dijo que si finalmente tenemos una niña deberíamos llamarla Pelea (P.L.A. : Pocos, Lentos y Anormales). Yo prefiero Carlota, pero es que soy así de sosa.
La posibilidad de una pequeña Pelea existe, porque nos han propuesto una solución: la fecundación in vitro. Al empezar el próximo periodo tendré que tomar anticonceptivos durante entre 7 y 10 días. Después me darán hormonas durante otros 10 días para estimular la ovulación de mis juveniles ovarios, para después extraer los óvulos que se produzcan. Esto será en quirófano y con una aguja, vía intravaginal. Y por fin escogerán unos cuantos espermatozoides que sean rápidos y normales para fecundarlos —que digo yo que ya puestos, podrían escogerlos altos y guapos, como es el Futuro Padre— e implantarme los embriones.
El resultado es que salí de la visita bastante contenta porque el proceso ya está en marcha y con un poco de suerte podría estar embarazada para Navidad. Tampoco quiero hacerme ilusiones ya que el porcentaje de éxito del proceso es de un 25-30%, pero quien sabe, la posibilidad existe. Y también me siento un poco culpable por estar tan contenta, porque el Futuro Padre se llevó un disgusto. No me alegro de que el problema esté en su parte del trabajo, que yo considero una labor conjunta, sino de que tiene solución.
Ahora toca esperar hasta el día 30, que es cuando me toca el próximo período. Es la primera vez en muchos meses que lo estoy deseando.
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